EXPOSICIÓN DEL 4 DE SEPTIEMBRE AL 15 DE DICIEMBRE  

Farolito que alumbras apenas mi calle desierta,
cuántas noches me viste llorando llamar a su puerta,
sin llevarle más que una canción, un pedazo de mi corazón,
sin llevarle más nada que un beso, friolento, travieso, amargo y dulzón.

Con Agustín Lara, el bolero se hizo primero un género de la Ciudad de México, y más adelante, un género de alcance universal. A lo largo de sus 40 años de trayectoria artística –de 1928 a 1968– dio a conocer alrededor de 500 canciones, las cuales fueron interpretadas por las voces más importantes de la música de su tiempo, como Frank Sinatra, Joséphine Baker y Mario Lanza, entre muchos otros.

Agustín Lara vivió su infancia en Coyoacán, Tlalpan, el Centro de la Ciudad de México y Veracruz. Y cada uno de estos lugares dejó una huella en su música.

Aprendió a tocar el piano desde niño, trabajó desde muy joven en los burdeles dela capital y de varias ciudades. En 1928, el Trío Garnica Ascencio le grabó su primera canción, Imposible, un bolero que transformó la música mexicana. A partir de ahí se convirtió en el compositor más famoso de México, tuvo su programa en XEW, La hora íntima, y viajó por América y Europa. Lara compuso numerosos boleros, así como canciones mexicanas. Pero su suite española, iniciada en 1931, ha destacado en los grandes escenarios. Principalmente, Granada es una pieza que se canta en todo el mundo por las voces más destacadas. Cuando se habla del autor de Farolito, Piensa en mí, Solamente una vez y Noche de ronda no pueden olvidarse sus grandes intérpretes: Pedro Vargas, Toña La negra, las Hermanas Águila, Elvira Ríos y Alejandro Algara.

Sus restos se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres.