A los 18 años emigró junto con su familia a Mexicali, Baja California, en busca de mejores condiciones de vida, dejando atrás su tierra, sus amigos y —lo que más le dolió— a su novia, nostalgia que lo inspiró para componer sus primeras letras. Cuando tenía 24 años se trasladó a la capital del país en donde consiguió que el Dueto Amanecer le grabara su primera canción: Cuando se oculte el sol, y en 1961 Javier Solís popularizó Esclavo y amo, éxito indiscutible que, a través de los años, sigue siendo interpretado por diversos artistas.

También es autor de Besos de papel (coautoría con Felipe Valdés), Ya me voy para siempre, La peor de las derrotas, La luz de un farol, El caso de los diez, Y se irán los abriles, La de los ojos negros, Sabor amargo (escrita en colaboración con Antonio Valdez), Por las parrandas y Sollozando (ambas en mancuerna con su hermano Miguel). Otros intérpretes que han dado a conocer sus obras son Vicente Fernández, el Trío Los Panchos, Marco Antonio Muñiz, Manoella Torres, Los Temerarios, Lucha Villa, Los Pasteles Verdes, Lupillo Rivera y Ray Conniff, por mencionar algunos.

A lo largo de su carrera ha recibido diversas distinciones, entre ellas un Grammy Latino (2001) como Mejor Canción Regional Mexicana por Borracho te recuerdo, así como el reconocimiento Trayectoria 50 Años otorgado por la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) y diversos homenajes, principalmente en su tierra natal: Jocotepec, en donde fue nombrado Hijo Predilecto.